Según un estudio
realizado en Estocolmo hace un tiempo atrás, sugiere que la
infidelidad de los hombres es genética y el culpable es el gen alelo
334, implicado en la determinación del comportamiento social de
muchos animales, incluyendo al hombre, y que gestiona una hormona que
se reproduce naturalmente. El análisis se llevó a cabo durante
cinco años y se observaron casos de más de 1000 parejas
heterosexuales.
Las mismas, mediante una serie de intervenciones y
análisis psicológicos, denotaban los estados de ánimo de los
participantes, evidenciando variables como si se sentían felices,
reían o besaban a menudo, cómo era su convivencia y otros aspectos
sobre el futuro de su relación.
Es la primera vez que se
asocia la variante de un gen específico con la manera en que los
hombres se compromenten con sus parejas. El alelo 334 es el receptor
de la arginina vasopresina, hormona básica presente en el cerebro de
la mayoría de los mamíferos.
Dentro de los resultados
de la investigación, notaron que los hombres con el alelo 334
afirmaron tener lazos más débiles con sus esposas. Si un himbre
tiene el alelo 334, no significa necesariamente que esté menos
capacitado para el amor, sino que se trata más bien de una
limitación en la capacidad social de este.
La
investigación sobre la promiscuidad masculina comenzó con un estudio sobre el
comportamiento de los ratones de campo machos, que son monógamos según sea la
recepción de la vasopresina en su cerebro.
La influencia de los
niveles de la hormona vasopresina y las relaciones sociales es
modesta e insuficiente para predecir de forma exacta el
comportamiento futuro de un hombre en una relación de pareja, ya que
ahí intervienen otros factores.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario