El coaching está basado en procesos de relaciones humanas. Permite trabajar con las personas independientemente de su cultura, religión y filosofía. Se apoya en dos factores motivadores del ser humano: la autosuperación y la autorealización.
El coaching personal es el arte de facilitar el desarrollo potencial de las personas para alcanzar objetivos coherentes y cambios en profundidad. Durante el proceso, el coach ayuda a las personas a esclarecer sus metas personales, laborales y de relaciones afectivas y a ponerse en el camino para alcanzarlas. Un coach personal es un socio en el logro de objetivos personales, el entrenador en herramientas comunicacionales y de vida, que lo acompaña en la generación de cambios.
El coaching no es psicoterapia, el ámbito es el desarrollo personal y la comunicación. La relación coach-coachee se establece en un marco íntegro de confianza en el otro. El coach pone su atención en el desarrollo de habilidades que mejoren las distintas áreas de la persona, sea en su vida sentimental, relacional, su estado físico o la obtención de metas personales. Ayuda que el coachee sea consciente de sus insuficiencias para luego estar en mejor posición frente a la consecución de sus objetivos. El coach puede ayudar a la persona a sacar lo mejor de sí misma y a buscar el camino que la lleva a donde quiere estar.
La persona debe de estar motivada para desarrollarse y la que tiene que creer que puede llegar a ser más feliz. El coach la motiva y anima en sus momentos difíciles. Lo que hace es canalizar esa motivación para que se convierta en un trabajo productivo. Primero se establecen las metas que se quieren conseguir, se analiza la realidad actual y se empieza a trabajar en el plan de acción para alcanzarlas.
Para comprender la diferencia fundamental entre el coaching y la psicología, hay que atender al hecho de que la psicología es una ciencia aplicada, mientras que el coaching es una disciplina técnica que ha sido elaborada como una especie de metodología estratégica. Se diferencia de la psicología no por sus contenidos respectivos, sino por su condición técnica y su enfoque particular.
El coaching es una orientación metodológico estratégica de carácter eminentemente práctico, que permite la intervención a unos niveles y en unos marcos en los que la psicología puede resultar demasiado lenta y pesada. No es aceptable bajo ningún concepto, la comparativa que pone al coaching como una disciplina práctica y a la psicología como una disciplina teórica, ya que la psicología presenta amplios campos de aplicación que precisamente han sido cuna para el coaching.
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